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sábado, 1 de diciembre de 2012

hasta luego abuelo Juan

Bueno
hasta luego abuelo Juan
como dijimos hace un tiempo
vos por tu lado, yo por el mio
será lo mejor
dejemoslo así.

hagamos como si no nos conocemos
sera lo mejor
dejemoslo  así.

y mucho no nos conocíamos
era más como cosas oídas
comentarios
vos algo sabias de un nieto
yo sabia algo de un abuelo.

el velorio
estuvo poco concurrido
no llegábamos a la docena
estuvo un poco triste
no muy triste,
un poco,
como te dije éramos pocos.

no había música de fondo,
tampoco murmullo,
pocas palabras,
un tanguito hubiese estado bien no?
algo sobre un jovato don juan, jugador de billar,
que se tomaba el tinto cortado
con jugo de pomelo,
o algo así.

¿por qué no me acerque más?
me queda un poco esa espina.

quizás los ángeles no están para cuidarlo a uno,
quizás están para otra cosa,
para velar por ellos.

mal ahí.

SIN TIT.

Tocarle la cola
a una nena de 21
parece prometedor
buen remedio contra las canas

Shhhh... ¿Te hizo recordar
algo que olvidaste?
Esta bien. (pero)
dejala, es chiquita todavía.

- te lo hacés a vos mismo,
cómo te gusta sufrir -
lo repetiste hartas veces
a otros
cansador
pero no te entraba.

- es peluquera -
y dormis profundo un par
de horas
- ya me iba a cansar -
de puro aburrimiento
y
(para dormir)
pones la música bajito
un son
de ron
cubano

- Quizás nos encontremos para tomar algo,
algún día,
que se yo,
ya fue -
- ¿No te causa gracia, no? ¿ya no?

El Jack D. se pago con el mango contado,
llevándose el telo,
dejándo solo, solamente
un billetito para el tacho.
Y dejarla en la puerta
como todo un gentlemann.

- A la mierda -
y apuraste el vaso
vas a aguantar diez cuadras
de soledad
¿vas a aguantar?
Vas a aguantar
- Vamos que vos podés -

xa suavizar:

la única relación adulta
que se puede practicar
es con el lenguaje
(de chico si te portabas mal
te mandaban a la cama)


by Eusebio (a sus órdenes)

madera fresca recién cortada


Madera recién cortada
húmeda, verde, fresca.
Efecto benéfico de la muerte,
de romper.
No me decido a ser un hijo de puta
una vez más
elijo, sólo por hoy, ser sencillamente.

Elijo sólo, por hoy, confiar en un dios
a quién no creo palabra alguna,
(como a la mayoría de estos hombres)
elijo, solamente, creer en un hombre,
de quién no creo palabra alguna.
Madera suave, fresca, recién cortada,
verde.
By Eusebio (el marinero)

viernes, 23 de noviembre de 2012

IM NOT THERE



Im Not There
Everything’s alright and she’s all the time in myNeighborhood, she cries bothDay and night I knowBecause I was there.
It’s a milestone but she’sDown on her luck and theDay makes her lonely but toMe, hard to buck, I was there.
I believe that she’d stop him if sheWants time to care, IBelieve that she’d look uponBeside him to care and IGo by the Lord and when she’sOn my way but I don’t belong there.
No I don’t belong to her I don’tBelong to anyone, she’s myChrist forsaken angel but she don’tHear me cryShe’s a lone-hearted mystic and sheCan carry on when I’mThere she’s alright but when she’sNot when I’m gone.
Heaven knows that the answer she don’tCall no one she’s theWave, foresailing beauty, for she’sMine, for the one and ILost her hesitation byTemptation lest it runs, but sheDon’t follow me, but I’mNot there, I’m gone.
Now I’ve cried tonight like ICried the night before and I’llFeast on the eyes but IDream about the door
So long, Jesus, Savior, my
Faith worth to tell it don’t
Have consolation she’s my
Love fare thee well.

Now, her smile is contagious I was
Born to love her but she
Knows that the kingdom waits so
High above her and I
Run but I race, but it’s
Not too fast or soon but
I don’t deceive her, I’m not
There, I’m gone.

Well it’s all about diffusion that I
Cry for her fell I don’t
Need anybody now, beside
Me to tell and it’s
All affirmation I receive but it’s not she’s her
Own crowning beauty but she
Don’t like to spot it she
Won’t.

Yes, she’s gone like the rainbow that
Shining yesterday but
Now she’s home beside me and I
Liked it if she stayed
She’s her own forsaken beauty and she
Don’t trust anyone and I
Wished I was beside her but I’m
Not there, I’m gone.

Well it’s a too hard to stay and I
Don’t bother leave it’s all
Bad sorts abusing and she’s
Hard, too hard to leave
It’s a law, it’s a crime the way she
Boss me around but she
Told all to hate me but this
Dog, forsaken clown.

Yes I believe that it’s rightful Oh I
Believe it in my mind I’ve been
Told like a said when I before
Carry on the crime and she’s
On like I told her like I
Said, carry on I wish
I was there to help her but I’m not
There, I’m gone.

lunes, 2 de julio de 2012

Fernando Pessoa: 2.

tengo que elegir entre lo que desprecio, o el sueño, que mi inteligencia odia, o la acción, que a mi sensibilidad repugna, o la acción para la que no nací o el sueño para el que no nació nadie.
resulta que, como desprecio uno y otro, no elijo ninguno, pero como, llegada la hora, he de soñar u obrar, mezclo una cosa con la otra.

miércoles, 23 de mayo de 2012

El canto de amor de J. Alfred Prufrock

- Fragmento -

Y en verdad habrá tiempo
Para el humo amarillo que se desliza por la calle
Frotando su lomo sobre los ventanales;
Habrá tiempo, habrá tiempo
Para componer un rostro para enfrentar los rostros que encuentras;
Habrá tiempo para asesinar y para crear
Y tiempo para todas las obras y los días de las manos
Que levantan y dejan caer una pregunta sobre tu plato;
Tiempo para ti y tiempo para mí
Y aún tiempo para un ciento de indecisiones
Y para un ciento de visiones y de revisiones,
Antes de tomar una tostada y té.

Por la habitación las mujeres van y vienen
Hablando de Miguel Ángel.

Y en verdad habrá tiempo
Para preguntarse "¿Me atrevo?" y "¿Me atrevo?"
Tiempo para dar la vuelta y bajar la escalera
Con un punto de calvicie en el medio de mi pelo -
(Ellos dirán: "¡Cómo está perdiendo el pelo!")
Mi saco de mañana, mi cuello subiendo firmemente hasta el mentón,
Mi corbata exquisita y moderada, pero afianzada por un sencillo alfiler -
(Ellos dirán: "Pero, ¡qué flacos son sus brazos y sus piernas!)
¿Me atrevo
A perturbar el universo?
En un minuto hay tiempo
Para decisiones y revisiones que un minuto revocará.

Pues ya los he conocido a todos, los he conocido a todos:
He conocido los ocasos, las mañanas y las tardes,
He medido mi vida con cucharitas de café;
Conozco las voces que mueren con cadencia agonizante
Bajo la música venida de un cuarto más distante.
Así, ¿cómo voy a aventurarme?

THOMAS STEARNS ELIOT
(1888-1965)

domingo, 18 de marzo de 2012

La Dirección de la Cura y los Principios de su Poder

CÓMO ACTUAR CON EL PROPIO SER

7. El analista es el hombre a quien se habla y a quien se habla libremente. Está ahí para eso. ¿Qué quiere decir esto?
Todo lo que pueda decirse sobre la asociación de ideas no es más que ropaje psicologista. Los juegos de palabras inducidos están lejos; por lo demás, por su protocolo, nada es menos libre.
El sujeto invitado a hablar en el análisis no muestra en lo que dice, a decir verdad, una gran libertad. No es que esté encadenado por el rigor de sus asociaciones: sin duda le oprimen, pero es más bien que desembocan en una palabra libre, en una palabra plena que le sería penosa.
Nada más temible que decir algo que podría ser verdad. Porque prodría llegar a serlo del todo, si lo fuese, y Dios sabe lo que sucede cuando algo, por ser verdad, no puede ya volver a entrar en la duda.
¿Es éste el procedimiento del análisis: un progreso de la verdad? Me parece oír ya a los pillos murmurar de mis análisis intelectualistas: cuando soy el primero, que yo sepa, en preservar en ellos lo indecible.
Que es más allá del discurso donde se acomoda nuestra acción de escuchar, lo sé mejor que nadie, si bien tomo en ello el camino de oír, y no de auscultar. Sí por cierto, no de auscultar la resistencia, la tensión, el opistótonos, la palidez, la descarga adrenalínica (sic) en la que volvería a formarse un Yo más fuerte (resic): lo que escucho es de entendimiento.
El entendimiento no me obliga a comprender. Lo que entiendo no por ello deja de ser un discurso, aunque fuese tan poco discursivo como una interjección. Pues una interjección es del orden del lenguaje, y no del grito expresivo. Es una parte del discurso que no está por debajo de ninguna otra en cuanto a los efectos de sintaxis en tal o cual lengua determinada.
A lo que oigo sin duda, no tengo nada que replicar, si no comprendo nada de ello, o si comprendiendo algo, estoy seguro de equivocarme. Esto no me impediría responder. Es lo que se hace fuera del análisis en semejante caso. Me callo. Todo el mundo esta de acuerdo en que frustro al hablante, y aunque a él en muy primer lugar, también a mí mismo. ¿Por qué?
Si lo frustro, es que me pide algo. Que le responda, justamente. Pero él sabe bien que no serían más que palabras. Como las que puede obtener de quien quiera. Ni siquiera es seguro que me agradecería que fuesen buenas palabras, meno aún malas. Esas palabras, no me las pide. Me pide..., por el hecho de que habla: su demanda es intransitiva, no supone ningún objeto.
Por supuesto su petición se despliega en el campo de una demanda implícita, aquella por la cual está ahí: la de curarlo, revelarlo a sí mismo, hacerle conocer el psicoanálisis, hacerlo calificar como analista. Pero esa demanda, él lo sabe, puede esperar. Su demanda presente no tiene nada que ver con eso, incluso no es la suya, porque despues de todo soy yo quien le ha ofrecido hablar. (El sujeto sólo es aquí transitivo)
He logrado en suma lo que en el campo del comercio ordinario quisieran poder realizar tan fácilmente: con oferta, he creado demanda.


Jacques Lacan. Primer informe del Coloquio Internacional de Royaumont, julio de 1958, aparecido La Psychanalyse, vol. 6. Reunido en Escritos 2, 1966. Págs. 596-597.

lunes, 20 de febrero de 2012

Dos pedazos de uña no hacen una,


Dos pedazos de uña no hacen una,
los guarde en una cajita de cartón
que decore con agujeritos
(para que las uñas respiren).
Están en compañía de dos esquelas de piel
(que servirán de alimento para los microrganismos),
recuerdan a dos huellas digitales,
que antes presionaban mis muñecas
(en la hora de decir basta),
más abajo, fuera de la cajita, se encuentran dos marquitas
en la dermis
(que cicatrizan lentamente),
cada tanto les hablo, a las uñas, solo dos palabras
(para tranquilizarlas),
cada noche, antes de recostarme
(a las uñas),
dos besos de buenas noches.

Dos pedazos de uña no hacen una,
así como dos agujeritos no hacen ventisca,
soplo vital,
ni como dos esquelas de piel balancean alimentos acarados,
o como dos huellas digitales no delatan culpabilidad,
de igual forma, dos marquitas en la dermis no hienden
una herida compleja,
del mismo modo, dos palabras no concluyen en serenidad,
ni dos besos de buenas noches
comportan la unidad de la ternura.

Eusebio (el marinero)

Podía pasar horas, días enteros…


Podía pasar horas, días enteros…
contemplándote,
atrayéndote hacia mi centro de gravedad,
con la mirada o con las ganas
...pero una mañana
baje la cabeza y rompí conexión.

Y no fue que me dolieran los ojos,
de ver el sol de frente,
sino que ya no me dolían.

Y no es que me doliera verte de frente,
directo a los ojos,
sino que ya no me dolía.

Eusebio (el marinero).

viernes, 17 de febrero de 2012

Las Flores de Cerezo


Las Flores de Cerezo – Cherry Blossoms - Kirschblüten – Hanami

Alemania 2008 de Doris Dörrie.

¿Qué hacer con el tiempo que tenemos? Rudi responde, inconmobilble como la fortaleza neurótica: continuar como hasta ahora, como siempre, trabajar, una manzana al día… y nuevamente... trabajar, una manzana al día... Así es como le responde a su esposa (Trudi). Ambos han pasado largo hace, el noviazgo y la juventud, luego la crianza de los niños, ahora abuelos olvidados, casi a punto de jubilarse. 
Ella intentará arrojarlo hacia una última aventura, algo más de satisfacción, divertirse un poco, que solo logra con su propio arrojo y fallece.
Así se comienza a transitar el deseo, en la separación con ese objeto y el duelo que le merece. Ahora la casa familiar ya no es más acogedora sino silente y enorme. La angustia esta presente. ¿Qué hacer (con el tiempo...)? Marcha el hombre hacia el Japón a buscar los cerezos en flor, el Butoh y al Sr. Fuji (Monte Fuji). Transitar el deseo que como deseo del Otro, no es el deseo de Rudy por su esposa sino el deseo que estuvo en ella presente y que lo impulsa a él hacia el acto, a actuar.
Deambulando por la ciudad Rudi conoce a una joven bailarina en un jardín. Comienzan las preguntas ¿Qué es el Butoh? ¿quiénes lo bailan?... Pregunta, y lo que recibe de la joven bailarina (Yu) es la danza con las sombras y con los muertos.
La presentación formal entre ambos personajes es un juego entre lenguas: el Inglés haciendo de puente entre el Alemán y el Japonés, que a nosotros nos llega subtitulado en castellano, así que la joven Yu, se escucha por homofonia (You) y nos llega a nosotros traducida como Tú. Cuando Rudi le pregunta su nombre a la bailarina, escucha esto: Tú, de forma que se presenta allí una suerte de reflexión, de espejo, que orienta, nuevamente, el deseo de Rudi, que lo bascula.
Una vez más, el deseo, como canonicamente apuntara Lacan, "es el deseo del Otro".

martes, 14 de febrero de 2012

ELLO

ELLO es que el lugar donde me pongo
el pantalón, es una casa donde
me quito la camisa en alta voz
y donde tengo un suelo, un alma, un mapa de mi
España.
Ahora mismo hablaba
de mí conmigo, y ponía
sobre un pequeño libro un pan tremendo
y he, luego, hecho el traslado, he trasladado,
queriendo canturrear un poco, el lado
derecho de la vida al lado izquierdo;
más tarde, me he lavado todo, el vientre,
briosa, dignamente;
he dado vuelta a ver lo que se ensucia,
he raspado lo que me lleva tan cerca
y he ordenado bien el mapa que
cabeceaba o lloraba, no lo sé.

Mi casa, por desgracia, es una casa,
un suelo por ventura, donde vive,
con su inscripción mi cucharita amada,
mi querido esqueleto ya sin letras,
la navaja, un cigarro permanente.

De veras, cuando pienso
en lo que es la vida,
no puedo evitar de decírselo a Georgette,
a fin de comer algo agradable y salir,
por la tarde, comprar un buen periódico,
guardar un día para cuando no haya,
una noche también, para cuando haya,
(así se dice en el Perú - me excuso);
del mismo modo, sufro con gran cuidado,
a fin de no gritar o de llorar, ya que los ojos
poseen, independientemente de uno, sus pobrezas,
quiero decir, su oficio, algo
que resbala del alma y cae al alma.

Habiendo atravesado
quince años; después, quince, y, antes, quince,
uno se siente, en realidad, tontillo,
es natural, por lo demás, qué hacer!

Y qué dejar de hacer, que es lo peor!
Sino vivir, sino llegar
a ser lo que uno entre millones
de panes, entre miles de vino, entre cientos de bocas,
entre el sol y su rayo que es de luna
y entre la misa, el pan, el vino y mi alma.

Hoy es domingo, y por eso,
me viene a la cabeza la idea, al pecho el llanto
y a la garganta, así como un gran bulto.
Hoy es domingo, y esto
tiene muchos siglos; de otra manera,
sería, quizá, lunes, y vendríame al corazón la idea,
al seso, el llanto
y a la garganta, una gana espantosa de ahogar
lo que ahora siento,
como un hombre que soy y que he sufrido.

CESAR VALLEJO
(1892-1938)

domingo, 12 de febrero de 2012

NINGÚN HOMBRE...


ningún hombre, si los hombres son dioses; mas si los dioses deben
ser hombres, el a veces único hombre es este
(de lo más común, pues cada angustia es su pesar;
y, como su alegría es más que alegría, sumamente escaso)

un demonio, si los demonios dicen la verdad; si los ángeles arden

por su propia luz generosa completamente,
un ángel; o (como diversos mundos rechazará
con tal de no perderse un destino inconmensurable)
cobarde, payaso, traidor, idiota, soñador, bestia-

así fue un poeta y ha de ser y es

-que resolverá las profundidades de espanto para defender
la arquitectura de un rayo de sol con su vida;
y tallará inmortales selvas de desesperación
para contener un latido de montaña en su mano

EDWARD ESTLIN CUMMINGS
(1894-1962)

sábado, 11 de febrero de 2012

Espejo

ESPEJO

Soy plateado y exacto. No tengo preconceptos.
Cuanto veo, lo trago inmediatamente
Tal cual es, sin empañar por amor o desagrado.
No soy cruel, sólo veraz:
Ojo de un pequeño dios, cuadrangular.
Casi todo el tiempo medito en la pared de enfrente.
Es rosada, con lunares. La he mirado tanto tiempo
Que creo que es una parte de mi corazón. Pero Fluctúa.
Las caras y la oscuridad nos separan una y otra vez.

Ahora soy un lago. Una mujer se inclina sobre mí,
Buscando en mi extensión lo que ella es en realidad.
Luego se vuelve hacia esas mentirosas, las bujías o la luna.
Veo su espalda y la reflejo fielmente.
Me recompensa con lágrimas y agitando las manos.
Soy importante para ella. Que viene y se va.
Todas las mañanas su cara reemplaza la oscuridad.
En mí ella ahogó a una muchachita y en mí una vieja
Se alza hacia ella día tras día, como un pez feroz.

Sylvia Plath
(1932-1963)


lunes, 6 de febrero de 2012

¿Qué empezar a decir? ¿Por dónde arrancar?

Este inicio me confronta con empezar a decir algo. ¿Temor a la libertad? Ilusoria, de poder decir... lo que sea, ilusoria, narcísica de creer decir lo que quiero decir. Pero me importa decir algo y no precisamente cualquier cosa sino "cualquier cosa que sirva", justamente al psicoanálisis, como hizo uno de los maestros que tomaba prestadas cosas "porque le servían" para un fin preciso que era reavivar el psicoanálisis. Entonces algo ya se ha dicho, vamos a hablar de psicoanálisis, más también de otras cosas, en relación a que sirven para explicar, para inteligir el psicoanálisis. Confianza, mientras escribo, el blanco de la página vacía comienza a desaparecer con estas letras, con estas palabras. El yo vuelve a su lugar, ilusorio, seguro, consistente. Qué poder tiene el blanco de la página, como en las sesiones, decir algo, cualquier cosa, y creer que hay que decir "algo importante". Con justeza la promesa del psicoanálisis, en lo que hace a la regla fundamental, a la única regla que tiene el psicoanálisis es: hable, diga algo, cualquier cosa, y promete revelar "el núcleo de su ser", que no es poca cosa. Entonces todo decir y todo dicho, tiene su validez, porque les anida una verdad, porque des-velan algo. Impresionante, frente al avace de la imagen en los tiempos que corren, el psicoanálisis le responde con lo simbólico, con las palabras, y si responde es porque el sujeto esta allí, con la necesidad de decir algo, cualquier cosa.