Busca otros posts del sitio

jueves, 13 de marzo de 2014

teoría del texto - Nuevamente Roland Barthes (contra la crítica)

El lenguaje que se decide utilizar para definir el texto no es indiferente, pues corresponde a la teoría del texto poner en crisis toda enunciación, inclusive la propia: la teoría del texto es inmediatamente una crítica de todo metalenguaje, una revisión del discurso de la cientificidad, y con ello reivindica una verdadera mutación científica, pues anteriormente las ciencias humanas nunca habían puesto en duda su propio lenguaje, al que consideraban como un simple instrumento o una pura transparencia. El texto es un fragmento de lenguaje situado él mismo en una prespectiva de lenguajes. Comunicar un saber o una reflexión teórica sobre el texto supone por lo tanto participar, de una manera o de otra, de la práctica textual.


................

El análisis textual tiende a sustituir la concepción de ua ciencia positiva, que ha sido la de la historia y la crítica literarias, y que es aún la de la semiología, por la idea de una ciencia crítica, es decir, de una ciencia que pone en duda su propio discurso.
Este principio metódico no obliga forzosamente a repudiar el trabajo de las ciencias canónicas de la obra (historía, sociología, etc.) pero conduce a utilizarlas parcialmente, libremente, y sobre todo relativamente.

................

he aquí en suma lo que pide la teoría del texto: el sujeto del análisis (el crítico, el filólogo, el sabio) no puede creerse, en efecto, sin mala fe y con la conciencia limpia, exterior al lenguaje que describe; su exterioridad es solamente provisional y aparente: él también está en el lenguaje, y necesita asumir su inserción, por muy "riguro" y por muy "objetivo" que pretenda ser, en el triple nudo del sujeto, el significante y el Otro, una inserción que la escritura (el texto) realiza plenamente, sin recurrir a la hipócrita distancia de un metalenguaje falaz: la única práctica que funda la teoría del texto es el texto mismo. Veamos su consecuencia: lo que caduca es, en suma, toda la "crítica" (como discurso sostenido "sobre" la obra); si un autor es conducido a hablar de un texto pasado, solamente puede hacerlo produciendo él mismo un nuevo texto (entrando en la proliferación indiferenciada del intertexto): ya no hay críticos, solamente hay escritores. Podemos precisar más aún: por sus principios mismos, la teoría del texto no puede producir más que teóricos o practicantes (escritores), y de ningún modo "especialistas" (críticos o profesores); por lo tanto, ella misma participa, como práctica, de la subversión de los géneros que estudia como teoría.

................

se trata de una práctica fuertemente trangresora en relación con las principales categorías que fundan nuestra socialidad corriente: la percepción, la intelección, el signo, la gramática e incluso la ciencia

No hay comentarios:

Publicar un comentario